lunes, 16 de noviembre de 2009

Le niegan el acceso al hospital por llevar un perro guía






Maria Jesus Ajba y "Egeo" Fotografía Daniel Pedriza


A Ramiro Olazábal, los autobuses municipales de Santander ya le han dejado por tres veces tirado en la parada. Se supone que por el pecado de ir pegado a un perro-guía. La familia ha pedido explicación oficial, pero nadie ha dado respuesta. Olazábal también tuvo problemas en la piscina municipal de La Albericia. Y, hace unos días, sufrió un incidente que colmó el vaso: a su esposa, María Jesús Alba, le negaron la entrada en Valdecilla por ir acompañada de 'Egeo', el labrador negro de dos años que lleva varios días ejerciendo su


trabajo con su dueño dentro del propio hospital donde este está ingresado.Su perro-guía le orienta para sortear puertas o acompañarle al baño. Su mujer saca al animal de vez en cuando a la calle.Este perro no es sólo un perro, señala su mujer, dolida e indignada por el trato que recibió. 'Egeo' es un auxiliar de movilidad y, para quien lo lleva, es tan importante como los ojos para quien no lo precisa.Según la legislación: en un hospital, 'Egeo' podría ir a cualquier lado que vaya su dueño, salvo a un quirófano.


Cuando no se permite el acceso a un lugar a uno de estos animales es como negárselo a la persona a la que acompaña. Eso es muy grave. Es incumplir la ley y se puede castigar hasta con una multa de 12.000 euros.


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