Bienvenidos

Son bienvenidos a mi espacio todas aquellas personas que aman a los animales y están deacuerdo con el contenido, abstenerse graciosos o comentarios irrespetuosos, nadie está obligado a entrar, pero quien entre sí le pido que respete las opiniones que se publiquen e intervenga con tono positivo.

He creado este blog con el propósito de dar a conocer la dramática situación que viven los seres más maravillosos de la tierra, Los Animales. En un mundo en destrucción bajo el dominio del hombre, lleno de guerras, egoismo, hipocresía, explotacion de seres indefensos, envidia y dolor, existen personas que pensamos que los animales necesitan una mano tendida, todo nuestro respeto y dedicación para que sientan el calor y la protección que, sin duda alguna, merecen y que ante la ceguera humana... anhelan.

Intentaré exponer la situación de todas y cada una de las especies que hay en el planeta, víctimas de las más aberrantes formas de maltrato, siempre por obra del hombre y ante los ojos de la justicia y las autoridades que se limitan, no sólo a mirar hacia otro lado sino que lo fomentan y aplauden colocándose incondicionalmente del lado del opresor y el maltratador, actitud cobarde, criminal y mezquina que permanece en el tiempo y que, afortunadamente, muchos luchamos por combatir, por eso estoy convencida que "El mundo se equivoca" por que de nuestros amigos los animales, tenemos mucho que aprender...

Las imágenes o historias expuestas en este sitio pueden herir el alma pero son la pura realidad, yo no soy responsable sólo las doy a conocer y deben servir para que reflexionemos sobre la urgencia y necesidad de ponerle remedio a un problema que, aunque no se vea, existe y una manera efectiva de dar el primer paso es dejar de mirar a otro lado. Si conoces algún caso de maltrato, por insignificante que te parezca POR FAVOR, DENÚNCIA!! Los animales no pueden esperar más y no merecen menos...

lunes, 30 de julio de 2007

¿Porqué comer carne?

COMER CARNE ¿Es sostenible?

La producción y el consumo de carne afecta a la estabilidad del clima ...

Fecha del artículo 7/9/2006 /

La producción y el consumo de carne afecta a la estabilidad del clima, a los bosques, al agua potable y a nuestra salud. La ironía del sistema de producción de alimentos es que millones de consumidores adinerados en los países desarrollados mueren de enfermedades relacionadas con la opulencia, ataques cardiacos, diabetes y cáncer. Por su parte, las dietas vegetarianas han demostrado su éxito frenando enfermedades de corazón, además de frenar la destrucción del ecosistema. Pregunte si comer carne es un asunto de preocupación pública y verá que la mayoría de las personas quedan sorprendidas. Comer o no carne (o cuánta) es un tema privado, dirán. Tal vez tiene algunas implicancias para su corazón, especialmente si usted tiene sobrepeso. Pero no es un tema público prominente que se espere que aborden los candidatos a la presidencia o al Congreso, como el terrorismo, la economía, la guerra, o el «medio ambiente».Incluso si usted es uno de los pocos que reconocen que comer carne tiene importantes implicaciones ambientales, éstas pueden parecer relativamente pequeñas. Sí, ha habido informes sobre la tala del bosque tropical para complacer a los terratenientes, y las praderas nativas están siendo destruidas por la ganadería. Pero hasta hace poco, pocos ecologistas han sugerido que comer carne tenga la misma importancia que los asuntos que abordan Amazon Watch, Conservation International o Greenpeace.Sin embargo, a medida que avanzan las ciencias ambientales, es cada vez más evidente que el apetito humano de carne animal agrava la mayoría de los problemas ambientales, como la deforestación, la erosión, la escasez de agua potable, la contaminación atmosférica y del agua, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la injusticia social, la desestabilizació n de las comunidades y la extensión de las enfermedades. ¿Cómo es que un tema aparentemente pequeño como el consumo individual de carne ha pasado tan rápidamente de los márgenes de la discusión sobre la sostenibilidad al centro del debate? En primer lugar, porque el consumo de carne per cápita se ha más que duplicado en el último medio siglo, a pesar del aumento de la población mundial. Por consiguiente, la demanda de carne se ha multiplicado por cinco. Lo que ha aumentando la presión sobre la disponibilidad de agua, tierras, pastos, fertilizantes, energía, la capacidad de tratamiento de residuos (nitratos), y la mayor parte de los limitados recursos del planeta.Para proporcionar una visión general de la importancia del desafío de un asunto antes marginal, decidimos analizar la relevancia del consumo de carne con cada uno de los más importantes impactos ambientales que convencionalmente se piensa que son críticos para la sostenibilidad de la civilización. Un breve análisis de cada tema se acompaña por las citas de importantes autores, algunos de los cuales ofrecen recomendaciones sobre cómo abordar un tema tan difícil, pues no todos a quienes les gustan las chuletas de cerdo o las costillas van a cambiarse al tofu sin resistencia. La deforestación fue el primer daño ambiental importante causado por el desarrollo de la civilización. Grandes superficies de bosque fueron taladas para dedicarlas a la agricultura, que incluía la domesticación tanto de plantas comestibles como animales. Los animales domésticos requieren mucha más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de calorías, pero eso no importó realmente durante los 10 mil años en los que siempre hubo más tierras a descubrir o expropiar. En 1990, sin embargo, el programa de hambre en el mundo de la Brown University calculó que los cultivos mundiales, si fueran distribuidos equitativamente y sin destinar un porcentaje importante al ganado, podrían suministrar una dieta vegetariana a 6.000 millones de personas, mientras que una dieta abundante en carne, como la de los habitantes de los países ricos, podía alimentar tan sólo a 2.600 millones. En otras palabras, con una población actual de 6.400 millones, eso querría decir que ya padecemos un déficit de tierras, agravado por la sobreexplotació n pesquera de los océanos, que están siendo rápidamente esquilmados. A corto plazo la única manera de alimentar a toda la población mundial, si continuamos comiendo carne en el mismo porcentaje o si la población mundial continúa creciendo al ritmo previsto (8.900 millones en 2050), es talar más bosque. Desde ahora, la cuestión de si obtenemos nuestras proteínas y calorías de animales o plantas tiene implicaciones directas sobre la cantidad de bosque restante que tenemos que arrasar.Destrucción de la selva tropicalEn Centroamérica, el 40 por ciento de las selvas tropicales han sido taladas o quemadas en los pasados 40 años, principalmente para pastos de ganado vacuno para el mercado de exportación, a menudo para carne de las hamburguesas de EE UU. La carne es demasiado cara para los pobres en los países exportadores de carne, pero sin embargo en muchos casos los pastos del ganado vacuno han sustituido a formas de agricultura tradicional muy productiva.Los informes del Center for Internacional Forestry Research señalan que el rápido crecimiento en las ventas de carne de res brasileña, ha acelerado la destrucción de la selva tropical de la Amazonia. «Están destruyendo la Amazonia para producir carne para hamburguesas» , según el director general del centro, David Kaimowitz. La destrucción de praderas se aceleró con la expansión de las manadas de animales domesticados, y el medio ambiente en el que vivían los animales salvajes como bisontes y antílopes fue pisoteado y replantado con monocultivos de plantas forrajeras para el ganado vacuno.En una revisión de Richard Manning del libro de 1995 Grassland: «The History, Biology, Politics, and Promise of the American Prairie», de James Risser, ganador del Premio Pulitzer, éste observó: «Muchos experimentan angustia ante la tala de los restos de bosque autóctono, para su sustitución por monocultivos de una sola especie. Pero pocos perciben, según Manning, que un campo de trigo dorado es la misma cosa, un monocultivo que ha sustituido a lo que una vez fue una pradera rica y diversa en especies.Las praderas fueron el mayor ecosistema de Norteamérica; ningún otro ecosistema ha sufrido una pérdida tan enorme de vida.Otra solución (a la destrucción de las praderas en África) sería sustituir el ganado vacuno por especies autóctonas. Los antílopes, a diferencia del ganado vacuno, están adaptados a las regiones semiáridas. No necesitan caminar diariamente a los abrevaderos y por tanto causan menos pisoteo y compactación de la tierra. El estiércol de los antílopes son pequeñas bolas secas, que conservan su nitrógeno y fertilizan la tierra eficientemente. Las vacas, por el contrario, producen grandes excrementos planos y húmedos, que se calientan y pierden rápidamente gran parte de su nitrógeno (en forma de amoníaco). Una granja experimental en Kenia tuvo un gran éxito económico, a la vez que restauró el ecosistema de la pradera.El agua dulce, de la misma manera que la tierra, parecía inagotable durante los primeros 10 milenios de la civilización. Así que parece no importar cuánta agua consume una vaca. Pero hace algunos años, los expertos calcularon que los seres humanos consumimos la mitad del agua dulce disponible en el planeta, dejando la otra mitad a dividir entre un millón o más especies. Debido a que dependemos de muchas de esas especies para nuestra propia supervivencia (suministran todo el alimento que comemos y el oxígeno que respiramos, entre otros servicios), ese acaparamiento del agua plantea un dilema. Si lo analizamos en detalle, especie por especie, descubrimos que el uso del agua más importante se debe a los animales que criamos para carne. Una de las maneras más fáciles para reducir la demanda de agua es consumir menos carne.La dieta usual de una persona en Estados Unidos requiere 16.000 litros de agua por día (para dar de beber a los animales, irrigar los cultivos, procesar, lavar y cocinar, entre otros usos). Una persona con una dieta vegetariana requiere solamente 1.100 litros diarios.Un informe del Instituto Internacional de Gestión del Agua, tras señalar que 840 millones de personas en el mundo sufren desnutrición, recomienda producir más alimentos con menos agua. El informe destaca que se requieren 550 litros de agua para producir suficiente harina para una ración de pan en los países en desarrollo, pero hasta 7.000 litros de agua para producir 100 gramos de carne de res.Si se ducha una vez al día, y cada ducha dura un promedio de siete minutos, a razón de 8 litros por minuto, usará 19.300 litros al año para ducharse todos los días. Cuando compara esa cifra con la cantidad que la Fundación para la Educación del Agua calcula que se usa en la producción de cada kilo de carne de res (20.515 litros), se dará cuenta de algo extraordinario. Hoy usted podría ahorrar más agua no comiendo un kilo de carne que dejando de ducharse durante un año completo. Esta teoría es de John Robbins en La Revolución de la Alimentación: cómo su dieta puede ayudar a salvar su vida y el mundo.Contaminación del mundo marinoEl vertido de residuos, de la misma manera que la oferta de agua, parecía que no tenía límites. Siempre había nuevos lugares donde arrojar la basura y durante siglos la mayor parte de los deshechos se descompusieron convenientemente o desaparecieron de la vista. Igual que no nos preocupó cuánta agua consumía una vaca, tampoco cuánto excretó. Pero hoy, los residuos de nuestros colosales establos superan la capacidad de absorción del planeta. Los ríos que llevan residuos ganaderos vierten tal cantidad de nitrógeno en bahías y golfos que ya han contaminado grandes áreas del mundo marino. La manera más fácil de reducir la cantidad de residuos que lleva el Mississippí, ocasionando la muerte del Golfo de México, es comer menos carne, reduciendo el tamaño de los rebaños río arriba, en Iowa o Missouri.Las enormes granjas de ganado, que pueden alojar a cientos de miles de cerdos, pollos, o vacas, producen cantidades inmensas de residuos. A decir verdad, en Estados Unidos, estas «Fábricas de Ganado» generan 130 veces más residuos que toda la población.Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, los residuos ganaderos han contaminado más de 40.000 kilómetros de ríos y las aguas subterráneas en docenas de estados.Los nutrientes de los residuos ganaderos provocan las floraciones de algas, que consumen el oxígeno del agua, contribuyendo a crear una «zona muerta» en el Golfo de México, donde no hay suficiente oxígeno para permitir la vida acuática. La zona muerta afectó a más de 20.000 kilómetros cuadrados durante el verano de 1999.El consumo de energía, hasta hace muy poco, parecía un asunto de los frigoríficos, que nada tenía que ver con la carne y la leche de su interior.Pero cuando prestamos más atención al análisis del ciclo de vida de los objetos que compramos, es evidente que el viaje del filete hasta llegar a nuestra nevera consumió cantidades sorprendentes de energía. Podemos empezar el ciclo con el cultivo de los cereales para alimentar al ganado vacuno, que requiere grandes cantidades de productos químicos agrícolas derivados del petróleo. Posteriormente, hay que añadir el combustible requerido para transportar el ganado vacuno a los mataderos, y desde allí a los mercados.Hoy, la mayor parte de la carne consumida recorre miles de kilómetros. Y luego, después de ser congelada o puesta en el frigorífico, tiene que ser cocinada.Se requieren 8,3 litros de gasolina para producir un kilo de carne de res alimentada con pienso en Estados Unidos. Parte de la energía se consumió en el establo, o en el transporte y almacenamiento frigorífico, pero la mayor parte se fue en fertilizantes del maíz y la soja del pienso con el que se alimentan las cabezas de ganado. El consumo medio anual de carne de res de una familia estadounidense de cuatro personas requiere 983 litros de petróleo. Por término medio, se requieren 28 calorías de energía de combustibles fósiles para producir una caloría de proteína de carne para el consumo humano; mientras que hacen falta solamente 3,3 calorías de energía de combustibles fósiles para producir una caloría de proteína de cereales para el consumo humano. La transición de la agricultura mundial, desde cereales para alimentos a cereales para pienso, representa una nueva forma de maldad humana, con consecuencias posiblemente mayores y más prolongadas en el tiempo que cualquiera de las malas acciones anteriores infligidas por los hombres contra sus semejantes. Hoy, más del 70 por ciento de los cereales y la soja producidas en Estados Unidos se destina a la alimentación del ganado, en su mayor parte para el ganado vacuno.El calentamiento del planeta se debe al consumo de energía, en la medida en que las principales fuentes de energía contienen carbono que, al quemarse, emiten dióxido de carbono y otros gases contaminantes. Como ya se señaló, la producción y la comercializació n de la carne requieren el consumo de gran cantidad de tales combustibles. Pero el ganado también emite directamente gases de invernadero, como un subproducto de la digestión. El ganado vacuno emite importantes cantidades de metano, un potente gas de invernadero. El grupo ecologista Salvar la Tierra recomienda una reducción importante en la actual población mundial de ganado vacuno, que asciende a 1.300 millones de cabezas.Una tonelada de metano, el principal gas de invernadero emitido por la ganadería, tiene un potencial de calentamiento del planeta de 23 toneladas de dióxido de carbono por cada tonelada de metano. Una vaca lechera produce aproximadamente 75 kilogramos de metano al año, equivalentes a más de 1,5 toneladas de dióxido de carbono. La vaca, por supuesto, lo hace de forma natural. Pero las personas tienden a olvidar, parece, que la ganadería es una industria. Talamos la tierra, plantamos las plantas forrajeras y alimentamos el ganado de forma industrial. Es una empresa humana, no natural. Somos muy eficientes, y por ello las concentraciones atmosféricas de metano han aumentado en un 150 por ciento respecto a hace 250 años, mientras que las concentraciones de dióxido de carbono crecieron un 30 por ciento.El ganado genera emisión de metanoHay una estrecha relación entre la dieta humana y las emisiones de metano de la ganadería. Al crecer o disminuir el consumo de carne de res, también aumentará o se reducirá el número de cabezas, y las emisiones de metano relacionadas. América Latina registra las mayores emisiones de metano per cápita, atribuibles principalmente a las grandes poblaciones de ganado vacuno de los países exportadores de carne, como Brasil y Argentina. Las flatulencias del ganado emiten el 16 por ciento del metano, un potente gas de invernadero.La producción de alimentos de las tierras de cultivo, crece menos que la población. Cuando Paul Ehrlich advirtió hace tres décadas que «cientos de millones» de personas morirían de hambre, probablemente exageró, por ahora. (Solo murieron de hambre decenas de millones).La revolución verde, una inyección de fertilizantes y técnicas de fabricación en serie, incrementó los rendimientos de las cosechas, y retrasó la escasez. Eso, combinado con una utilización más intensiva de las tierras cultivables a través de la irrigación y el uso masivo de fertilizantes y plaguicidas químicos basados en los combustibles fósiles, nos permitió guardar el paso más o menos con el crecimiento de la población durante otra generación.Otra ganancia adicional, pero muy pequeña y con consecuencias impredecibles, puede venir de la ingeniería genética. La estabilizació n de la población no se producirá antes de otro medio siglo, y sólo nos queda una alternativa importante: reducir drásticamente el consumo de carne, porque la conversión de los terrenos de pastos para cultivos de alimentos incrementará la cantidad de alimentos producida. (Algunos argumentan que los pastos usan las tierras inútiles para los cultivos, y en estas áreas el ganado puede continuar teniendo un papel, pero grandes áreas de tierras cultivables se destinan para que el ganado vacuno se alimente y las destruya).Digamos que tenemos 20.000 kcal (kilocalorías) de maíz. Supongamos que las destinamos a alimentar el ganado vacuno (como hacemos con aproximadamente el 70 por ciento de los cereales y la soja producidos en Estados Unidos). La vaca producirá 2.000 kcal de energía utilizable a partir de esas 20.000 kcal de maíz (asumiendo una eficiencia del 10 por ciento). Esas 2.000 kcal de carne de res alimentarían a una persona durante un día, asumiendo una dieta de 2.000, que es común en los estados de Norteamérica. Si en su lugar comieran directamente las 20.000 kcal de maíz, en vez de a través de la vaca, podríamos alimentar a muchas más personas con la misma cantidad de tierra cultivada; no necesariamente diez veces más, porque no somos tan eficientes como el ganado vacuno en la transformació n de la energía del maíz, pero considerablemente más que la única persona que podría alimentarse si el maíz pasa primero a través de la vaca.Por eso, podríamos alimentar a mucha más población con la misma cantidad de tierras cultivadas si descendemos en la cadena alimenticia, si comiéramos a productores primarios en lugar de herbívoros (maíz en lugar de carne). O podríamos alimentar al mismo número de personas que en la actualidad, pero con menos degradación ambiental porque no necesitaríamos tener tantas tierras en cultivo.Más pasto para ganado y menos terreno para el cultivo Mientras 22,4 millones de hectáreas de tierras en Estados Unidos se destinan a pastos para el ganado, sólo 1,6 millones de hectáreas se dedican al cultivo de verduras y hortalizas para el consumo humano directo.Las enfermedades transmisibles no se desplazan de un lugar a otro por sí solas; tiene que haber un vector de transmisión, ya sea agua sucia, la sangre infectada de ratas o insectos, o la carne contaminada. La globalización ha incrementado la movilidad de todos estos medios, y una consecuencia es que los brotes que en los últimos siglos podían contenerse dentro de una ciudad o país, ahora se difunden rápidamente por todo el mundo. Cuando se detectó un caso de la enfermedad de las vacas locas en Estados Unidos en 2004, se descubrió que partes de esa vaca se habían distribuido a una docena de estados federales diferentes.El problema de contener los brotes en un sistema de distribución mundial se ve agravado por el uso de instalaciones de fabricación en serie que dependen de antibióticos, en vez de la limpieza más costosa de las instalaciones, para evitar la infección y la enfermedad. Al aumentar la resistencia a los antibióticos en todo el mundo, las enfermedades se ven cada vez más libres de obstáculos. Algunos de los brotes más peligrosos provienen del cada vez mayor comercio ilegal de carne de bosques tropicales, en los que las enfermedades afectaban a los primates, como el VIH/Sida, que en el pasado pudo quedar confinado en las selvas lejanas, y que ahora se extienden por un mercado internacional sin regulaciones ni controles. Un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que el 89 por ciento de la carne picada de las hamburguesas contiene vestigios del mortífero E. coli.Los residuos animales contienen agentes patógenos que causan enfermedades, como la salmonela, E. coli, Cryptosporidium, y coniformes fecales, que pueden estar de 10 a 100 veces más concentrados que en las heces humanas. Más de 40 enfermedades pueden ser transferidas a los seres humanos a través del estiércol.Según la Organización Mundial de la Salud se produjeron más de 85 muertes humanas de al menos 95 casos de ébola en la lejana región de Cuvette-Ouest en el Congo. El posible brote se produjo a raíz de la muerte de gorilas. Las pruebas de sus cuerpos confirmaron la causa de la muerte.Los funcionarios sospechan que el brote humano se debió a que los lugareños comieron primates infectados, incluyendo chimpancés, monos y gorilas. Cuando se matan y se descuartizan los primates para la comercializació n de su carne en los mercados, los seres humanos entran en contacto con la sangre contaminada. Las personas también se contagian cuando comen la carne infectada.Relación del ébola con la carne de bosqueSe cree que una subespecie de chimpancé de África central occidental podría ser la fuente original de la epidemia de VIH/Sida, y que la transmisión del virus, un virus de inmunodeficiencia símico (SIV), a los seres humanos fue el resultado de la exposición de los cazadores a la sangre de los chimpancés. Según Jane Goodall, en la conferencia en la Harvard Medical School, en 2002: «Las enfermedades del modo de vida, especialmente las coronarias, no eran consideradas un problema ambiental hace una generación. Pero hoy es evidente que la mayoría de los problemas de salud pública son ambientales, y no genéticos, o de la naturaleza humana».Además, la mayoría de las enfermedades evitables son el resultado de las complicadas relaciones entre los seres humanos y su medio ambiente, y no de causas singulares. Las enfermedades coronarias se vinculan con la obesidad resultante del consumo excesivo de azúcar, sal y grasa (especialmente grasa animal) y de la falta del ejercicio resultante de un diseño urbano basado en el automóvil. Los problemas ambientales del crecimiento suburbano, la contaminación atmosférica, el consumo de combustibles fósiles, y las malas políticas de uso del suelo, son también factores que agravan las enfermedades cardíacas y el cáncer.La ironía del sistema de producción de alimentos es que millones de consumidores adinerados en los países desarrollados mueren de las enfermedades de la opulencia, los ataques cardíacos, las apoplejías, la diabetes y el cáncer, causadas por atiborrarse de carne de res y de otros animales, alimentados con cereales y soja, mientras que los pobres del Tercer Mundo fallecen a causa de las enfermedades de la pobreza, porque se les niega el acceso a las tierras para cultivar los cereales con que alimentar directamente a sus familias.La dieta vegetariana reduce las enfermedades de corazón¿Quién dice que la carne es rica en grasas saturadas? Esta campaña de alimentación políticamente correcta es sólo otro ejemplo de la dictocracia de la dieta que trata de dirigir nuestras vidas. La carne aporta un porcentaje muy importante de las grasas saturadas en la dieta estadounidense. No sólo la mortalidad por enfermedades coronarias es más baja en los vegetarianos que en los no vegetarianos, sino que además las dietas vegetarianas han tenido también éxito en frenar las enfermedades del corazón. Los datos científicos demuestran una relación positiva entre la dieta vegetariana y la reducción del riesgo por obesidad, enfermedades de las arterias coronarias, hipertensión, diabetes, y algunos tipos de cáncer.«He vivido mucho tiempo, lo suficiente, y estoy tratando de morir; pero solo no puedo hacerlo. Un filete de carne sería suficiente; pero yo mismo no puedo persuadirme de tragarlo. Temo vivir para siempre. Ésa es la única desventaja del vegetarianismo.» George Bernard Shaw (1856 - 1950).Se está produciendo una pérdida de biodiversidad y la amenaza de extinción: por encima de todas, la destrucción de los bosques y praderas a causa del ganado vacuno. Pero también se observan otros fenómenos como la creación de zonas muertas oceánicas a causa del vertido de residuos ganaderos, el creciente tráfico de la carne de bosque, que está diezmando las escasas poblaciones de gorilas, chimpancés, y otros primates. A medida que crece la población, las poblaciones pobres se aventuran en las reservas de flora y fauna buscando carne, y cada vez menos para su propia subsistencia. En estas áreas, no basta con decir que «coman menos carne». Aquí, la solución a largo plazo dependerá de lograr frenar la construcción de pistas forestales para la tala de árboles (que facilita la invasión por cazadores) y una mayor protección contra la caza furtiva y la comercializació n de la carne de bosque. Igualmente requerirá una distribución más equitativa de los alimentos y de los ingresos con que adquirirlos.El problema se agravó en los últimos diez años, cuando las grandes empresas multinacionales, especialmente europeas, abrieron pistas forestales en los bosques de África Central. Los cazadores de las ciudades se desplazan en los camiones madereros. Disparan a todo, desde elefantes a gorilas, chimpancés, bonobos, monos o aves. Los ahuman, los cargan en los camiones y los llevan a las ciudades, donde no sirve de alimento para las personas hambrientas, sino a los más ricos, que pagan más por la carne del bosque que por la de los animales domésticos. A los cazadores pigmeos, que han vivido en armonía con el mundo del bosque durante siglos, se les proporcionan armas de fuego y munición, y se les paga por abastecer de carne a los campamentos madereros. Y eso es totalmente insostenible.Jane Goodall, que fue nombrada Mensajera de Paz por la ONU en 2002, afirma: «Los animales han desaparecido, el bosque está silencioso, y cuando se vayan los campamentos madereros ¿qué dejaran a los pueblos indígenas? Nada.»Albert Einstein, más conocido por sus trabajos en física y matemáticas que por su interés por el mundo viviente, una vez dijo: «Nada beneficiará tanto a la salud humana y aumentará las oportunidades de supervivencia de la vida en la Tierra como una dieta vegetariana». No creemos que sólo se refería a la alimentación. En este artículo no hemos dicho nada sobre el papel de la carne en la dieta, aunque habría mucho que decir, además de las enfermedades del corazón. Tampoco hemos abordado la ética del vegetarianismo o los derechos de los animales. El propósito de esas omisiones no es hacer caso omiso de esas preocupaciones, sino señalar que sólo en base a fundamentos ecológicos y económicos, comer carne es ya una amenaza para la especie humana. La era de una alimentación basada fundamentalmente en la carne pasará, al igual que el petróleo, y ambos declives están estrechamente relacionados.Caza indiscriminada de animalesPero la mayor amenaza es el comercio de carne de bosque, la caza comercial de animales salvajes para alimento. Durante cientos de años los pueblos indígenas vivieron en armonía con su mundo del bosque, matando sólo los animales necesarios para alimentar a sus familias. Ahora, las cosas han cambiado. En los ochenta las empresas madereras extranjeras se mudaron a las últimas fronteras de las grandes selvas tropicales africanas. E incluso si practican la supuesta «selvicultura sostenible», abren los bosques con sus pistas forestales. Éstas son el problema. Los cazadores van en los camiones madereros hasta el final de un camino y disparan a todo, desde elefantes y chimpancés a antílopes, aves y reptiles. La carne es cortada, ahumada y transportada a las ciudades. Allí, la élite urbana pagará más por la carne de bosque que por el pollo o la cabra. Es su preferencia cultural. El comercio no es sostenible. Y la situación empeora porque se paga a los cazadores indígenas para que cacen para los campamentos de tala de árboles, donde trabajan tal vez más de 2.000 personas que antes no vivían allí. El Instituto Jane Goodall es una de las siete ONG que forman parte de la Sociedad del Bosque de la Cuenca del Congo que, con financiación de Estados Unidos y la Unión Europea, trata de reducir el comercio de carne de bosque. Trabajamos con otras ONG, funcionarios públicos, agencias donantes y empresas madereras y mineras. Tratamos de educar e involucrar a la población local, ayudando a mejorar sus condiciones de vida (como hacemos con nuestro programa TACARE alrededor de Gombe).Si el comercio de carne de bosque continúa al ritmo actual, los grandes simios podrían extinguirse en la cuenca del Congo en los próximos 15 años, al igual que otros animales. A menos que tengamos éxito, casi todos los maravillosos animales de la cuenca del Congo se extinguirán. No debemos dejar que esto ocurra.Un mensaje de esperanzaEn nuestro trabajo nos ayudan los más de 115 pequeños chimpancés huérfanos de nuestro asilo de Tchimpounga. La mayoría de sus madres fueron tiroteadas para ser comidas. Animamos a las poblaciones locales, especialmente los escolares, a visitar el asilo. Y cuando los visitantes ven como nuestros chimpancés se abrazan, se besan y se sujetan las manos, usando objetos como herramientas, y cuando miran fijamente dentro de sus ojos, de cerca, se dan cuenta de cómo se parecen a los seres humanos. A muchas visitantes, cuando parten, se les ha oído decir que no volverán a comer chimpancé nunca más o visitar un restaurante que sirva carne de chimpancé. Estos huérfanos son realmente embajadores de sus parientes salvajes.Hay otras razones para la esperanza, a medida que más y más personas de todo el mundo comienzan a comprender el peligro y quieren ayudar. Si perdemos la esperanza, perderemos la lucha, porque sin ella caeremos en la apatía, y se seguirá comiendo a nuestros parientes vivientes más próximos en la naturaleza hasta que se hayan extinguido.» José Santamarta Director de World Watch en EspañaRevista Otoño 2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, encantada con este artículo.Me alegra que exista esta clase de información. Comer carne , si es en exceso más, tiene consecuencias muy graves sobre la salud.Creo q está claro, yo no soy del todo vegetariana, como pollo de vez en cuando, pero vamos, muy de vez en cuando, en fin, animo con tu blog.