Bienvenidos

Son bienvenidos a mi espacio todas aquellas personas que aman a los animales y están deacuerdo con el contenido, abstenerse graciosos o comentarios irrespetuosos, nadie está obligado a entrar, pero quien entre sí le pido que respete las opiniones que se publiquen e intervenga con tono positivo.

He creado este blog con el propósito de dar a conocer la dramática situación que viven los seres más maravillosos de la tierra, Los Animales. En un mundo en destrucción bajo el dominio del hombre, lleno de guerras, egoismo, hipocresía, explotacion de seres indefensos, envidia y dolor, existen personas que pensamos que los animales necesitan una mano tendida, todo nuestro respeto y dedicación para que sientan el calor y la protección que, sin duda alguna, merecen y que ante la ceguera humana... anhelan.

Intentaré exponer la situación de todas y cada una de las especies que hay en el planeta, víctimas de las más aberrantes formas de maltrato, siempre por obra del hombre y ante los ojos de la justicia y las autoridades que se limitan, no sólo a mirar hacia otro lado sino que lo fomentan y aplauden colocándose incondicionalmente del lado del opresor y el maltratador, actitud cobarde, criminal y mezquina que permanece en el tiempo y que, afortunadamente, muchos luchamos por combatir, por eso estoy convencida que "El mundo se equivoca" por que de nuestros amigos los animales, tenemos mucho que aprender...

Las imágenes o historias expuestas en este sitio pueden herir el alma pero son la pura realidad, yo no soy responsable sólo las doy a conocer y deben servir para que reflexionemos sobre la urgencia y necesidad de ponerle remedio a un problema que, aunque no se vea, existe y una manera efectiva de dar el primer paso es dejar de mirar a otro lado. Si conoces algún caso de maltrato, por insignificante que te parezca POR FAVOR, DENÚNCIA!! Los animales no pueden esperar más y no merecen menos...

miércoles, 1 de agosto de 2007

La GRAN MENTIRA de la experimentación con animales


La experimentación de medicamentos en cobayas sólo beneficia a las grandes empresas farmacéuticas.

Mucha gente se opone a la experimentación con animales, aunque se supone que es beneficiosa para la medicina. A menudo se describe a estas personas como gente que desea sacrificar el progreso médico para evitar el sufrimiento de los animales. Tanto los gobiernos como los medios de comunicación rechazan sus inquietudes etiquetándolas de anticientíficas: un estereotipo conveniente, pero falso.

Sin embargo, ¿qué pasaría si con la experimentación animales se obtuviera ningún beneficio médico?¿qué pasaría si en realidad fuera un obstáculo para el progreso de la medicina: científicos equivocados, daños a pacientes por falta de fiabilidad y despilfarro de valiosos fondos que estarían mejor usados en investigaciones orientadas a pacientes? Si fuera cierto, terminar con la experimentación animal sería beneficioso para todos.

Es indudable que emitir un juicio informado requiere realizar un cuidadoso estudio de la literatura médica. Esto es lo que hicimos mi mujer y yo durante diez años tras finalizar nuestros estudios en medicina y veterinaria, antes de escribir nuestro primer libro, Sacred Cows and Goleen Geese: the Human Costo f experiments on Animals (Vacas sagradas y gallinas de los huevos de oro: el coste humano de la experimentación animal).

Leímos miles de artículos científicos y revisamos toda la historia de la medicina. Hallamos muy pocas pruebas de beneficios para el hombre y multitud de pruebas de daños a humanos. La afirmación común que sostiene que “todos los avances médicos están basados en animales” sólo demuestra que las mentiras repetidas pueden percibirse como verdades.

El Dr Albert Sabin, descubridor de la vacuna antipoliomielítica, se lamentaba de que la vacuna “se había retrasado mucho por una idea equivocada de la naturaleza de la enfermedad en humanos, basada en modelos equivocados de la enfermedad en monos”.

Las vavuloplastias de corazón, la penicilina y muchos otros tratamientos se retrasaron de un modo parecido como consecuencia de resultados erróneos de las pruebas en animales. Hay personas que han muerto por esos retrasos. Los experimentos con animales dieron su consentimiento a fumar cigarrillos y consumir grandes cantidades de colesterol. Probablemente no existan otros dos errores que hayan costado tantas vidas como éstos. En la actualidad, millones de mujeres que reciben tratamiento de sustitución hormonal tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de mama y enfermedades cardíacas, gracias a las pruebas realizadas con monos y que predijeron lo contrario. ¿Cuánta más gente tiene que morir antes de que admitamos la existencia de un problema con la experimentación animal?.

Generalmente se sabe que el cáncer, las enfermedades cardíacas y el ictus son las principales causas de muerte en occidente. Sin embargo, muchos se sorprenderían al saber cuál es uno de los asesinos más importantes que les siguen: los efectos secundarios de las recetas médicas. Las reacciones adversas a los fármacos matan a más de 100.000 personas al año en EEUU y casi la misma cantidad en el Reino Unido (en España, en 1999 se calculó que murieron por la misma causa entre 15.000 y 20.000 personas). Esta cifra supera a las muertes ocasionadas por la suma de todas las drogas ilegales.

Resulta evidente que hay algo que no funciona en el modo de monitorizar la seguridad de los fármacos antes de su comercialización. Uno de los principales problemas es la experimentación con animales. Los animales metabolizan los fármacos de una manera diferente a los humanos: por tanto, sustancias que son seguras en perros o ratas pueden no serlo en personas. Por ejemplo, Rezulin (para la diabetes) pasó las pruebas con animales con excelentes resultados pero mató a miles de personas antes de que se retirara en el año 2000. La penicilina, un fármaco de tanto valor para los humanos, es mortal para las cobayas y los hámsters. Los experimentos con ratas no sirven para predecir qué sustancias provocan cáncer en ratones y viceversa. Por tanto ¿cómo demonios pueden predecir qué sustancias provocarán cáncer en humanos?

Pruebas contundentes demuestran que probar fármacos en animales carece de sentido para los humanos, con un porcentaje de éxito en la predicción de efectos secundarios de sólo el 5-30%. Por ejemplo, en una revisión de los fármacos retirados del mercado (desde 1960 hasta 1990) los experimentos realizados con animales sólo predijeron cuatro de los veinticuatro efectos secundarios. En otra revisión, sólo 6 de las 114 toxicidades en humanos tuvieron una correlación en animales. Lanzar una moneda al aire sería un mejor método para predecir la seguridad de un fármaco que la experimentación con animales, ¡ e incluso un exdirector de la empresa Huntingdon Life Sciences lo afirma!!

El catedrático Andre Mc Lean, del University Collage de Londres comentó: “Sí, creo que nosotros, los que estamos implicados en el negocio de evaluar la información sobre toxicidad de un fármaco, tenemos muy claro que…muy a menudo los estudios de carcinogenicidad son una pérdida del tiempo de todos y una terrible pérdida de animales. En parte, estos estudios se llevan a cabo porque no sabemos qué hacer en su lugar, y en parte porque son un gesto político que de hecho es muy miserable”.

De hecho, la experimentación con animales es inferior a las tecnologías basadas en humanos (ver el recuadro “Alternativas a los animales”). ¿Por qué se mantiene? Existen muchas razones, como la tradición y el conservadurismo científicos, aunque la principal es el dinero. La experimentación con animales es un negocio de muchos miles de millones de euros. Se benefician las universidades, los criadores, los suministradores de jaulas y materiales y las empresas farmacéuticas. Sólo la venta de ratones de laboratorio supone una cantidad total de unos 350 millones de euros al año.

El principal motivo por el cual los fármacos nuevos se siguen ensayando en animales es proteger a las empresas en los juzgados cuando la gente afectada por las reacciones adversas los demanda. Los laboratorios admiten, en privado y en ocasiones incluso en público, que la experimentación con animales es ineficaz pero que se sigue haciendo porque proporciona un seguro contra responsabilidades. Gracias a los ensayos con animales, se convence a los jurados de que la empresa llevó a cabo las “diligencias debidas” y no tenía ni idea de que el fármaco iba a matar a personas. Así, en lugar de pagar una indemnización de millones de euros, pagan sólo unos miles. Sin embargo, mientras los fármacos se ensayen en animales, los efectos secundarios graves en humanos serán inevitables.

Si queremos ver algún avance en la curación de las enfermedades más terribles, es vital abandonar la experimentación con animales. En 1998, el Dr. Richard Klausner, Director del Nacional Cancer Institute (NCI) de EEUU, admitió que “la historia de la investigación del cáncer ha sido la historia de curarlo en el ratón. Durante décadas hemos curado el cáncer en ratones, y sencillamente estos tratamientos no han funcionado en humanos”. El NCI cree que hemos perdido tratamientos para curar el cáncer porque fueron ineficaces en ratones.

En realidad, para muchos tipos de cáncer y para enfermedades como el sida, prevenir no es sólo mejor que curar sino que la prevención es la única cura. Los animales no pueden ayudarnos a identificar los factores de riesgo ni a prevenir la enfermedad (este conocimiento sólo se aprende del hombre). Han pasado 20 años y se han gastado millones de euros en investigar el sida en chimpancés, pero la vacuna resultante no ha tenido éxito en personas (y han dejado sin protección a 8.000 voluntarios de alto riesgo que participaron en los estudios).

Los animales no padecen las mimas enfermedades que los humanos, y para recrear algunos de los síntomas se les daña física o químicamente. Con frecuencia, los tratamientos desarrollados en animales no son válidos en humanos ya que las causas subyacentes de los síntomas son muy diferentes. Curar una insuficiencia cardíaca inducida cortando la aorta de un perro no ayuda a curar una insuficiencia cardiaca por la acumulación de colesterol en arterias humanas.

Los monos no sufren Alzheimer ni Parkinson. Las respuestas hay que buscarlas en los tejidos humanos, pero los bancos de cerebros y otras instalaciones vitales centradas en humanos están infravaloradas y con fondos insuficientes.

La inversión de grandes cantidades de dinero en la experimentación de los cerebros de monos significa que los científicos que estudian el cerebro humano dispondrán de menos dinero. Y lo que es peor, los hallazgos obtenidos de titís y macacos pueden confundir a los neurocientíficos del mismo modo que ha sucedido en el pasado. Por ejemplo, se han desarrollado en primates docenas de tratamientos para accidentes cerebrovasculares, pero han fracasado en humanos y han causado lesiones en personas que participaron en ensayos clínicos.

Durante mucho tiempo se ha vendido a la gente la idea de que la curación de las enfermedades del hombre se encontrará a través de los animales. Ha llegado el momento de que la gente sepa que se trata de una mentira cara y peligrosa. Hasta que no se abandone la experimentación animal (que según el catedrático Sir Michael Rawlins, presidente del Nacional Institute for Clinical Excellence, es “del todo inútil”) a favor de la investigación médica vanguardista, no se curarán las enfermedades que nos atormentan y sufriremos las consecuencias de la investigación inútil y anticuada.

Ray Greek
Director médico de Europeans For Medical Advancement
(
www.curedisease.com)
Artículo publicado en la revista Resurgence
(
www.resurgence.org)

INVESTIGACIÓN

Alternativas a los animales

Los partidarios de la experimentación animal sostienen a menudo que es la única vía posible para los avances clínicos, pero hay otras:

Los fármacos serían mucho más seguros para los pacientes si ensayaran en tejidos, chips de ADN y modelos de ordenador de órganos, todo de humanos y, por último, en estudios en voluntarios con microdosis y sin riesgos, en lugar de ensayarse con animales.

Los grandes avances médicos que disfrutamos hoy procedente investigaciones éticas realizadas en personas; principalmente de una sagaz observación clínica, de estudios poblacionales, autopsias e investigaciones in vitro que incluyen el uso de tejidos humanos. Los anestésicos, los antibióticos, los beta bloqueadores, los marcapasos y muchos otros descubrimientos no deben nada a los animales y lo deben todo al ingenio humano.

Los modelos por ordenador, junto con avances tecnológicos como la tomografía axial computerizada (TAC), la tomografía por emisión de positrones (TEP) y la resonancia magnética nuclear (RMN), complementarán los métodos convencionales de investigación y nos proporcionarán conocimientos sobre enfermedades humanas que los modelos animales nunca podrán proporcionar

DATOS

¿Cuántos animales se sacrifican?

La Coalición Europea para la Abolición de los experimentos en Animales calcula que se sacrifican cada año en los laboratorios unos 100 millones de animales, y esta cifra no incluye a los excedentes igualmente sacrificados y además es aproximativa por que no hay datos de muchos paises. En el reino Unido, por ejemplo, el mayor usuario de Europa, se sacrifican 2,6 millones de animales en 2,7 millones de experimentos. Un laboratorio como Novartis reconoce haber utilizado en el 2000, 325.160 animales, muchos de ellos transgénicos. Más información:
www.eceae.or

Fuente: www.larevistaintegral.com
Número de octubre 2004.

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