Bienvenidos

Son bienvenidos a mi espacio todas aquellas personas que aman a los animales y están deacuerdo con el contenido, abstenerse graciosos o comentarios irrespetuosos, nadie está obligado a entrar, pero quien entre sí le pido que respete las opiniones que se publiquen e intervenga con tono positivo.

He creado este blog con el propósito de dar a conocer la dramática situación que viven los seres más maravillosos de la tierra, Los Animales. En un mundo en destrucción bajo el dominio del hombre, lleno de guerras, egoismo, hipocresía, explotacion de seres indefensos, envidia y dolor, existen personas que pensamos que los animales necesitan una mano tendida, todo nuestro respeto y dedicación para que sientan el calor y la protección que, sin duda alguna, merecen y que ante la ceguera humana... anhelan.

Intentaré exponer la situación de todas y cada una de las especies que hay en el planeta, víctimas de las más aberrantes formas de maltrato, siempre por obra del hombre y ante los ojos de la justicia y las autoridades que se limitan, no sólo a mirar hacia otro lado sino que lo fomentan y aplauden colocándose incondicionalmente del lado del opresor y el maltratador, actitud cobarde, criminal y mezquina que permanece en el tiempo y que, afortunadamente, muchos luchamos por combatir, por eso estoy convencida que "El mundo se equivoca" por que de nuestros amigos los animales, tenemos mucho que aprender...

Las imágenes o historias expuestas en este sitio pueden herir el alma pero son la pura realidad, yo no soy responsable sólo las doy a conocer y deben servir para que reflexionemos sobre la urgencia y necesidad de ponerle remedio a un problema que, aunque no se vea, existe y una manera efectiva de dar el primer paso es dejar de mirar a otro lado. Si conoces algún caso de maltrato, por insignificante que te parezca POR FAVOR, DENÚNCIA!! Los animales no pueden esperar más y no merecen menos...

viernes, 4 de junio de 2010

Los cafres marcan el ritmo

El grupo de enloquecidos que propinó una colección bárbara de golpes a una vaquilla en las fiestas de Alhaurín el Grande nos transporta a los tiempos de la España negra, de la irracionalidad, la ignorancia y el salvajismo rampante. Este tipo de festejos necesita con urgencia un severo control.






JOSÉ RAMÓN MENDAZA El apaleamiento de la vaquilla en las fiestas de Alhaurín el Grande nos ha devuelto de sopetón a una realidad paralela a la de nuestro cómodo mundo globalizado en el que muchos optimistas dicen que vivimos. Hemos cruzado de nuevo la puerta abierta de la irracionalidad, la incultura y la barbarie de la España garbancera camuflada bajo el cartel de la tradición popular, a la España descuidada e indolente, en la que nadie es responsable de nada y en la que todos tienen razón. La única conexión entre estos dos universos ha sido la tecnología. De no ser por el vídeo que difundió el Colectivo Andaluz en Contra del Maltrato Animal esta bofetada a la civilización humana hubiese pasado inadvertida: un grupo de energúmenos que disfruta de la fiesta del pueblo propinando porrazos, patadas y puñetazos a una becerra a la que también le retuercen el cuello y que acaba moribunda. Al final, ya se sabe, el pobre animal muere agonizando, aunque sin que suene «La hija de Juan Simón» interpretada por Angelillo, como ocurrió en esa obra maestra de Luis García Berlanga, que es La vaquilla.
Excepto en su final trágico poco tienen que ver estos dos animales. Uno, la ternera de Alhaurín, sacrificada por pura diversión por unos trogloditas sin sesera que, por si no tuviéramos suficientes problemas, nos han hecho ser de nuevo la vergüenza de Europa y han regalado al Alhaurín un estigma inmerecido que tardará en olvidarse. La otra, la vaquilla de Berlanga, fue el retrato de un país desgarrado por la Guerra Civil, el reflejo de la actitud popular en este conflicto y un símbolo antibelicista, lo contrario de la salvajada que hemos podido ver en el famoso vídeo estos días.
En todo este follón han realizado declaraciones varios organismos públicos sin aportar gran cosa, entre ellos el Ayuntamiento del pueblo. Su alcalde lamenta los hechos y suprime la suelta de vaquillas en las fiestas, aunque reconoce que lo prohíbe porque es un acto que se escapa al control público, vamos que no hay medios para evitar situaciones de este tipo. ¿Cuántos municipios habrá con el mismo problema y cuántas barbaridades similares tendremos que seguir viendo por falta de medidas preventivas? Si alguien quiere mantener este tipo de festejos deben ser fiscalizados sin miramientos.

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