ANÁLISIS: EL ACENTO
El largo verano de la tortura
El toro de San Juan en la localidad cacereña de Coria inaugura el largo y cálido verano de la tortura municipalizada de los toros en la España profunda. La temporada se suele cerrar con el toro de la Vega, en Tordesillas, cuyo meollo tradicional consiste en que unos ciudadanos a caballo alancean con saña a un toro hasta convertirlo en carne picada. Ayuntamientos que se quejan de falta de fondos para asfaltar las calles o recoger los tendidos eléctricos se gastan miles de euros en comprar toros o, cuando los astados se compran por suscripción popular, en organizar fiestas faraónicas para que el animal sea perseguido, acosado, asaetado, acuchillado y descuartizado -o ahogado, como en el Mediterráneo- a manos y pies de muchedumbres que se desfogan dando rienda suelta a sus peores instintos.
El toro es un animal totémico en España, símbolo de la fuerza y la nobleza, pero esos instintos llevan a la manía de atormentarlo a cuchillo o a fuego, con sogas o a lanzadas. Pero, cuidado, cualquier animal corre peligro en el estío español, se trate de cabras, conejos, gansos o gallos. Son las verbenas de la tortura.
Luego vienen los estetas de perra gorda a explicar las salvajadas por el mito del Minotauro; o los antropólogos cañís que mencionan los ritos de acceso a la masculinidad; y, cómo no, autonombrados cronistas locales especialistas en disertar sobre el valor cultural de los alfilerazos y el descuartizamiento. Es como si Jack el Destripador calificase sus hazañas nocturnas de cirugía estomatológica. Floreo charlatán para encubrir la crueldad nacional.
Visto que las leyes no se aplican, que el Gobierno no impide los horrores festivos y que a los alcaldes les pone el despanzurramiento taurino, sólo queda una solución: que una parte del fondo de inversión municipal se destine a cursos de educación cívica, a los que tendrán que asistir las fuerzas vivas de los municipios con fiestas infamantes. En tales cursos se explicarán asignaturas como Diferencia entre Fiesta y Tortura o Los sacrificios rituales fueron erradicados a pesar de la costumbre. El gañán que se atreva a soltar la idiotez "Los de fuera, que no vengan" será obligado a escribirla mil veces en el encerado.
http://www.elpais. com/articulo/ opinion/largo/ verano/tortura/ elpepiopi/ 20090625elpepiop i_3/Tes
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