Bienvenidos

Son bienvenidos a mi espacio todas aquellas personas que aman a los animales y están deacuerdo con el contenido, abstenerse graciosos o comentarios irrespetuosos, nadie está obligado a entrar, pero quien entre sí le pido que respete las opiniones que se publiquen e intervenga con tono positivo.

He creado este blog con el propósito de dar a conocer la dramática situación que viven los seres más maravillosos de la tierra, Los Animales. En un mundo en destrucción bajo el dominio del hombre, lleno de guerras, egoismo, hipocresía, explotacion de seres indefensos, envidia y dolor, existen personas que pensamos que los animales necesitan una mano tendida, todo nuestro respeto y dedicación para que sientan el calor y la protección que, sin duda alguna, merecen y que ante la ceguera humana... anhelan.

Intentaré exponer la situación de todas y cada una de las especies que hay en el planeta, víctimas de las más aberrantes formas de maltrato, siempre por obra del hombre y ante los ojos de la justicia y las autoridades que se limitan, no sólo a mirar hacia otro lado sino que lo fomentan y aplauden colocándose incondicionalmente del lado del opresor y el maltratador, actitud cobarde, criminal y mezquina que permanece en el tiempo y que, afortunadamente, muchos luchamos por combatir, por eso estoy convencida que "El mundo se equivoca" por que de nuestros amigos los animales, tenemos mucho que aprender...

Las imágenes o historias expuestas en este sitio pueden herir el alma pero son la pura realidad, yo no soy responsable sólo las doy a conocer y deben servir para que reflexionemos sobre la urgencia y necesidad de ponerle remedio a un problema que, aunque no se vea, existe y una manera efectiva de dar el primer paso es dejar de mirar a otro lado. Si conoces algún caso de maltrato, por insignificante que te parezca POR FAVOR, DENÚNCIA!! Los animales no pueden esperar más y no merecen menos...

viernes, 17 de abril de 2009

Campaña de denuncia de la protectora de animales "Lacua".


www.lacua.org

viernes 17 de abril de 2009

El abandono de animales si tiene solución.


Jorge Martín Nomen.

Cada año se abandonan millones de animales de compañía en el mundo entero, y España tiene el triste honor de encabezar la relación de países con el mayor número de abandonos de la Comunidad Europea, con una cifra que se estima en torno a los 200.000. Y decenas de miles de ellos mueren atropellados en nuestras calles y carreteras, ateridos de frío o deshidratados de calor; de inanición o carcomidos por espantosas enfermedades o, sencillamente, sacrificados por entes gubernamentales en cumplimiento de la Ley de turno, incluso en ocasiones gaseados y sufriendo una prolongada agonía…
¿Por qué les abandonamos? ¿Quizás porque carecemos de la cultura, educación, sensibilidad y respeto por la vida que otros países sí tienen? ¿Quizás porque nos puede nuestro espíritu consumista y meramente utilitario? ¿Quizás porque no nos importa lo más mínimo que se reproduzcan sin control? ¿Quizás porque un día nos levantamos y descubrimos que condicionan nuestra vida profundamente (paseos, veterinarios, alimentación, ruido, necesidad de jugar…)? Ya nos hemos aburrido de él y, desde luego, no pensamos sacrificar nuestras vidas –y menos las vacaciones- por su culpa…
Además de vivir en el país occidental con el mayor número de abandonos per cápita, nuestro índice de adopción fluctúa entre el 7% y el 9%, uno de los más bajos de la Unión Europea. Tal es así, que prácticamente la totalidad de los galgos que consiguen rescatar nuestros refugios terminan en casas de familias alemanas, inglesas, belgas, francesas… lejos de las zarpas de algunos cazadores desalmados, tan aficionados a abandonarlos -cuando no ahorcarlos- en el momento en que la munición se agota y los cotos cierran sus verjas.Tenemos la solución al alcance de nuestras manosEn nuestra calidad de individuos tenemos que hacer frente a nuestras responsabilidades. La llegada de un animal de compañía a la familia debe ser un acto madurado y muy meditado, porque son obsequios forrados de ilusión, cariño, compañerismo y fidelidad que sólo deben ser recibidos cuando nos reconozcamos en nuestras limitaciones y condicionantes y, conscientemente, asumamos que durante siete, diez o quince años seremos capaces de honrar sus necesidades y cuidarlos adecuadamente. Sólo si asumimos que seremos capaces de hacernos cargo de su cuidado, alimentación, educación y necesidades afectivas y de diversión, en cada momento de su vida, estaremos en condiciones de compartir nuestra vida con un animal de compañía.
Un paso más allá de los individuos están las empresas del sector. El mercado de los animales de compañía facturó 700 millones de euros en 2007, sobre una estimación de 20 millones de mascotas (5,5 millones de perros y 4 millones de gatos) pero, pueden contarse con los dedos de una mano el número de empresas que se preocuparon por retornar algo de lo que percibieron de este rentable negocio en el que cada familia se dejó 1.500 euros al año.Las decenas de miles de animales abandonados que aguardan una familia en nuestro país necesitan más comida, más productos veterinarios, mejores techos y más abrigo; necesitan comederos, bebederos y correas, y más voluntarios que les den un poco de cariño… Siempre más y mejor que lo que pueden ofrecerles con mucho esfuerzo, sacrificio y voluntad el casi medio millar de casas y centros de acogida, refugios y albergues que luchan a brazo partido por ellos en España.Las empresas del sector también tienen una responsabilidad en esta materia, una responsabilidad social que –salvo honrosas excepciones- tienen que comenzar a enfrentar desde ahora mismo y con generosidad, sumándose a los individuos, a la Administración y a las organizaciones de salvaguarda y protección animal para que entre todos podamos girar la llave de las puertas que permitirán que todo animal abandonado tenga un hogar.
La responsabilidad de la Administración
Bien sabido es que las iniciativas particulares (la nuestra entre cientos de ellas) han sido y son los motores del cambio que muy poco a poco se va operando en la sociedad española. Un cambio que pasa, fundamentalmente, por la toma de conciencia en la tenencia responsable de animales de compañía, además de las evidentes bondades de la adopción.Los particulares podemos asociarnos y organizarnos para buscar e implantar soluciones efectivas, pero en ningún caso podemos suplantar a la Administración, que tiene la obligación de velar por la salud y el bienestar de los animales de compañía. La realidad es que, a día de hoy, la protección jurídica de los animales se diluye en un conjunto disperso de leyes, reglamentos y recomendaciones que la Administración central y las Comunidades Autónomas han ido produciendo de forma errática y arbitraria, cuyas violaciones son sancionadas de forma dispar y en lo único en que coinciden todos estos estamentos es en que apenas se esfuerzan por hacer efectivo su cumplimiento.
Ya ha llegado el momento de exigir responsabilidades a quienes sólo actúan de oficio cuando hay votos u otro tipo de intereses espurios de por medio y reclamarles, exigirles, que honren las instituciones que representan en nuestro nombre y el compromiso que han adquirido. Las campañas de sensibilización han influenciado notablemente a la Sociedad, pero las iniciativas privadas –generalmente sin ánimo de lucro- carecemos de los recursos, del músculo y la ubicuidad del Estado. En él hemos delegado todos y cada uno de nosotros nuestra potestad en virtud del contrato social. Por tanto, corresponde a la Administración la tarea de educar, concienciar y sensibilizar a la población en esta materia, como le corresponde ocuparse del bienestar de los animales abandonados y sancionar leyes únicas para todo el territorio nacional, velando por su cumplimiento con diligencia y contundencia.Hay una gran voluntad de cooperación, centenares de iniciativas en marcha y cientos de miles de voluntarios en ello… La solución ya está en marcha. Somos muchos los que llevamos años trabajando, de una u otra forma, en pro de la adopción y combatiendo el abandono. Sí, el abandono de animales tiene solución, pero la Administración debe acompañar la iniciativa privada, máxime cuando se trata de una responsabilidad suya.

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